Tomar la decisión de ser papás y mamás es la más determinante que has elegido en tu vida. Los hijos son el gran regalo que nos da la vida aunque no nos pertenezcan, te hacen sentir lo que realmente es el amor más puro y desinteresado y multiplican por mil la intensidad de tus emociones.

Estas ahí para educarlos, acompañarlos en cada etapa de su crecimiento y maduración, para ayudarlos a construirse como personas y darles las alas que necesitarán para algún día volar. Pero es probable que aparezcan dificultades en el camino, hablemos de la infancia.

¿Has notado si tu hijo tiene dificultades con la lectura o el cálculo, su letra a la hora de escribir es poco legible, incluso marca en exceso  el papel al dibujar? ¿Le cuesta comprender lo que lee o mantener la atención durante un tiempo en la misma actividad? En definitiva, ¿has descubierto que el aprendizaje no acaba de funcionar aunque tu hijo sea un niño totalmente sano? ¿Quizás todo esto se acompañe de un  comportamiento un tanto irritable, una baja tolerancia a la frustración, mala calidad del sueño, o malas posturas cuando está sentado?

Somos conscientes de que hoy en día existen cada vez más casos de dificultades en el cole, incluso llegando a altas tasas de fracaso escolar, por eso queremos aportar nuestro granito de arena con este problema que tanto te preocupa.

Te contaremos un secreto: los problemas de neurodesarrollo se descubren con el aprendizaje, es entonces cuando se pone en evidencia lo que el niño ya traía desde bebé o en sus primeros años de vida y bien no se detectó o no se le dio la importancia suficiente. Son pequeños fallos en su construcción neurológica aunque repetimos, el niño sea totalmente sano.

Imagina una casa, necesitamos cimientos fuertes si queremos que sea sólida y duradera, estos serían las áreas cerebrales básicas que el niño debe construir desde bebé como son postura, equilibrio o habilidad en sus movimientos. Si todo esto está correctamente asentado podremos avanzar hacia funciones superiores como la lectura, escritura o el cálculo, que requieren de la coordinación áreas cerebrales más complejas y serán el tejado de nuestro hogar.

¿Qué hacemos ahora? El cerebro se construye por capas, y las dificultades en las capas superiores que son conscientes y voluntarias  aparecen por inmadurez de las capas inferiores que son automáticas. ¿Cómo conseguir una buena letra, lenguaje o lectura si esto no funciona?

Tenemos una noticia esperanzadora, la plasticidad del cerebro nos permite reprogramarlo. Para hacerlo comprensible pondremos un ejemplo: el cuello está implicado en la función de manos, el habla, la deglución, la fonación, la postura y la visión, por tanto, si existe un problema cervical todo esto puede fallar.

El primer paso será tratar la estructura, es decir, cualquier disfunción musculo-esquelética que esté condicionando que la función esté dificultada. Y en segundo lugar reprogramar etapas del neurodesarrollo que aún sean inmaduras, asentar lo básico y automático, nuestros cimientos,  sobre los que pueda crecer un niño sin límites.

Tu hijo es la flor de tu vida, y no basta con que crezca, tiene que madurar. Podemos ser el agua que le ayude a florecer.