En el post anterior veíamos dos escenarios posibles en relación a los estrógenos y al papel que tiene la microbiota intestinal en el metabolismo de los mismos: un exceso o un déficit en la reabsorción de estrógenos.

En este caso hablaremos del déficit de estrógenos característico de la etapa perimenopáusica y menopáusica donde las mujeres dejan de producir estrógenos en sus ovarios, poniendo fin al periodo fértil. En los hombres también se produce este fenómeno, aunque su impacto en la salud es menor.

Es cierto que los ovarios dejan de producir estrógenos, pero hay otros tejidos en el organismo, que aunque en menor medida, siguen produciéndolos (tejido adiposo, glándulas suprarrenales, hígado, huesos, mamas, músculos…). Y no olvides que éstos son necesarios, ya que regulan muchas funciones en nuestro organismo. Algunas de ellas son:

  • Actúan en el hipotálamo regulando sueño, hambre y temperatura corporal.
  • Feminizan el cuerpo.
  • Participan en la distribución de la grasa.
  • Producen la ovulación.
  • Son vasodilatadores.
  • Potencian el sistema inmunitario.
  • Lubrican las mucosas, la vagina entre ellas.
  • Responsables del deseo sexual (líbido)
  • Promueven la fijación ósea del calcio y la producción de osteoblastos.
  • Modulan la barrera intestinal.
  • Regulan el metabolismo del colesterol.
  • Contribuyen al buen estado anímico y a la memoria.

Ahora quizá puedas justificar algunos de tus síntomas, consecuencia de un nivel de estrógenos demasiado bajo:

  • Sobrepeso, mayor distribución de grasa en abdomen, piernas y glúteos.
  • Glucosa elevada, Diabetes tipo 2.
  • Colesterol elevado.
  • Hipertensión arterial.
  • Estado anímico bajo, ansiedad, depresión.
  • Insomnio.
  • Osteoporosis.
  • Problemas de memoria.
  • Demencia.
  • Sequedad de piel y mucosas (vagina, ojos).
  • Sofocos.

Si es este tu caso, deberías saber que la reabsorción de estrógenos a nivel intestinal juega un papel fundamental durante este periodo, ya que nuestras bacterias intestinales son capaces de producir ciertas enzimas (beta-glucuronidasas y sulfatasas) que pueden devolver a sangre estrógenos que iban a ser eliminados, convirtiéndose nuevamente en estrógenos con actividad biológica. Para ello es importante mantener una buena salud intestinal y una gran diversidad de la microbiota. Aconsejamos una alimentación rica en vegetales y fruta, fibra fermentable, almidón resistente y evitar el trigo, alimentos procesados, dulces y azúcares, aditivos alimentarios, alcohol… que promueven una inflamación y una disbiosis intestinal. En otro post hablaremos detenidamente de lo que entendemos por una alimentación saludable para el intestino y nuestra microbiota.

Además podemos suplementar probióticos de cepas con actividad beta-glucuronidasa como Lactobacillus spp. y Bifidobacterium dentium.

Por otro lado habrás oído hablar de los fitoestrógenos y sus bondades durante la menopausia. Bueno sin extendernos demasiado en el tema, porque las cosas son mucho más complejas de lo que parecen, diremos que el hecho de tomarlos no garantiza el éxito puesto que deben ser activados por nuestra microbiota y sus enzimas beta-glucosidasas. Si, has leído bien!! Una vez más nuestras bacterias están implicadas en este proceso.

Te recomendamos que comas alimentos ricos en isoflavonas inactivas como frutos del bosque, frutos secos, soja no transgénica y legumbres (si las toleras bien) y ricos en isoflavonas activadas, que podemos encontrar en el trébol rojo, fruta de la pasión, sésamo, kuzu y en productos fermentados de soja como tempeh, natto, miso, támara… Puedes incorporar también algún suplemento de isoflavonas, aunque te aconsejamos que te asegures que están en su forma activada, como por ejemplo la genisteína, daidzeína y la gliciteína.

El S-equol, obtenido gracias a la acción de nuestra microbiota sobre las isoflavonas, ha demostrado tener efectos muy positivos para la salud. Desafortunadamente en occidente el porcentaje de la población capaz de producirlo es del 25-35% a diferencia de los países orientales que se sitúan entre el 50-60%.

Además incorpora también alimentos ricos en lignanos con capacidad fitoestrógenica como el lino, las verduras crucíferas, el sésamo y el té verde.

Las cepas de probióticos con actividad beta-glucosidasa que van a activar las isoflavonas son: Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus casei, Lactobacillus fermentum, Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus plantarum, Lactobacillus bulgaricus, Bifidobacterium breve, Bifidobacterium bifidum y los Bifidobacterium spp. esta última cepa es productora de S-equol.

Ten en cuenta que las isoflavonas permanecen activas en el organismos unas ocho horas, así que si quieres beneficiarte de sus efectos tendrás que tomar alguno de estos alimentos y suplementos varias veces al día.

Resumiendo, la idea es:

  1. Aumentar la reabsorción de los estrógenos producidos por nuestro propio organismo y de los fitoestrógenos que obtenemos por vía alimentaria.
  2. Activar los fitoestrógenos (isoflavonas y lignanos) para que puedan ser absorbidos y puedan unirse a receptores de estrógenos.

Existen otras estratégias para mejorar los síntomas producidos por la menopausia, aunque solo hemos expuesto los que están relacionados con la microbiota.