Sabemos que los postres son una de las cosas en las que, a veces, más problemas encontramos cuando queremos llevar una
alimentación consciente y realmente sana. Por eso en esta receta os proponemos una alternativa sorprendentemente rápida y
fácil de hacer con la que queremos abriros la puerta de entrada a la repostería saludable. Si nos acompañáis en este camino, iréis descubriendo cómo modificar recetas y emplear ingredientes de verdadera calidad que os ofrezcan un auténtico disfrute goloso sin dejar de nutriros y cuidaros.

¡Bienvenidos a la hora del postre!

INGREDIENTES (2 personas)

  • CREMA DE LIMÓN:
    • Zumo de 2 limones
    • Ralladura de 1 limón
    • 3 huevos + 1 yema
    • 2 cucharadas soperas de azúcar de coco o 1 de miel
    • 3 cucharadas soperas de aceite de coco
    • 1 cuchara de café de harina de coco
  • MERENGUE:
    • 2 claras de huevo
    • 1 o 2 cucharadas soperas de miel
    • Canela en polvo para decorar
  • GALLETA:
    • Medio vaso de avellanas molidas
    • 3 cucharadas soperas de pasta de almendra
    • 1 cucharada sopera de canela en polvo
    • 1 cucharada de aceite de coco
PREPARACIÓN
Para la crema de limón:
  1. En un cazo echar todos los ingredientes menos la harina de coco. Calentar a fuego suave sin dejar de remover en ningún momento con una varilla. Es importante que el fuego esté bastante suave y que removamos continuamente para que no se formen grumos y la crema vaya espesando poco a poco.
  2. Cuando veamos que empieza a espesar añadimos la harina de coco sin dejar de remover. Es una crema que coge cuerpo bastante rápido, en unos 5-7 minutos estará lista. Retiramos del fuego y seguimos removiendo un par de minutos más.
  3. Echamos la crema en un colador y, con la ayuda de una cuchara, vamos removiéndola para ir filtrándola y retirando así la ralladura de limón y cualquier grumo que pueda haber quedado. Además, conseguiremos una crema más fina y suave.
  4. Reservamos dejando enfriar.
Para la galleta:
  1. La pasta de almendra que necesitaremos se hace simplemente echando en un robot de cocina o batidora potente 100 gramos de almendras sin tostar y triturando hasta que quede una pasta que podemos almacenar en el frigorífico e ir utilizando para distintas recetas.
  2. En este caso, cogemos 3 cucharadas de esa pasta de almendra y las mezclamos con medio vaso de avellanas molidas, 1 cucharada de canela en polvo y 1 cucharada de aceite de coco.
  3. Mezclar con las manos hasta tener una masa que extenderemos sobre papel de horno en una bandeja, dejándola lo más fina posible. Meter al horno a 170 grados durante 10 minutos (controlar que no se pase de tostada, el tiempo exacto depende de cada horno).
  4. La dejamos enfríar y luego cortamos en trozos a nuestro gusto para acompañar al final.
Para el merengue:
  1. Echamos 2 claras de huevo en el vaso de la batidora y empezamos a montarlas con la varilla.
  2. Cuando empiecen a coger consistencia vamos añadiendo lentamente las 2 cucharadas de miel que habremos calentado previamente a fuego muy suave para que esté un poco más líquida pero sin llegar nunca a hervir. Añadir la miel despacio, en forma de hilo mientras continuamos montando con la batidora, hasta que se forme nuestro merengue.
Montaje del postre:

En un bote de cristal o un cuenco echamos la mitad de la crema de limón. Espolvoreamos un poco de canela en polvo. Cogemos con una cuchara la mitad del merengue y lo ponemos encima. Decoramos con otra poca canela y por último colocamos un trozo de la galleta de almendra para acompañar. Hacemos lo mismo para la segunda ración.

  • ¿CÓMO TE CUIDA ESTA RECETA?

Hoy queremos hablar del aceite de coco, que es la grasa que hemos utilizado en esta receta. Es una de nuestras preferidas en la repostería porque es suave y no tiene sabor marcado, lo cual nos da alguna ventaja respecto al aceite de oliva por ejemplo. Pero los beneficios del aceite de coco van mucho más allá y queremos comentaros alguno de los más importantes.

Se trata de una grasa muy estable, lo que quiere decir que es capaz de soportar temperaturas importantes sin alterar su estructura, esto es, sin convertirse en una grasa trans, que son las más perjudiciales para la salud, y que es lo que les pasa a la mayoría de aceites vegetales al calentarse a alta temperatura. Esta ventaja nos permite cocinar con ella con tranquilidad.

Gracias a su alto contenido en ácido láurico, son importantes sus funciones antimicrobianas, ayudando a nuestro sistema inmunológico en la lucha contra infecciones de distintos tipos como bacterias, virus y hongos. También nos ayuda en el funcionamiento de la glándula tiroides y, por tanto, del sistema endocrino. Además, contrariamente a lo que se pensaba, se ha demostrado que este tipo de ácidos grasos ayudan en la regulación del colesterol.

Siempre os hablamos de la importancia del consumo de grasas de calidad a diario y, en este caso, el aceite de coco cubre ese requisito con garantías. Además, este postre incluye proteína completa de calidad en los huevos y un extra de beneficios en el limón. Como veis no hemos necesitado ningún tipo de cereal, lo que facilita la importante tarea de reducir su consumo en nuestra dieta global.

  • ¿CÓMO OPTIMIZAR AL MÁXIMO LOS BENEFICIOS?

Queremos hablaros de los endulzantes utilizados en esta receta. Siempre os plantearemos recetas en las que los endulzantes sean los mínimos posibles, ya que simplemente con la elección de los ingredientes y la progresiva educación de nuestro paladar conseguiremos disfrutar del sabor dulce presente de forma natural en los alimentos.

En este caso, hemos empleado azúcar de coco para equilibrar la potencia del zumo de limón y hemos elegido este azúcar porque, entre otras cosas, es uno de los que tienen una carga glucémica más baja, lo cual facilita que nuestra glucosa en sangre no sufra altibajos importantes, con los consecuentes picos de insulina tan poco deseables para nuestra salud. ¡Ojo, que esto no quiere decir que podamos consumir este azúcar sin medida!

Por otra parte, en la elaboración del merengue hemos empleado miel. Elegid siempre miel lo más pura y natural posible, de alta calidad, evitando mieles industriales que se han sometido a un procesamiento en el que han perdido los beneficios originales de la miel pura, quedando reducidas casi a «azúcar» sin más. Para que esto no pase en casa con nuestra miel de calidad, es importante que no la sometamos a temperaturas altas, por eso en la receta, que necesitamos calentarla un poco, hacemos especial hincapié en que sea a fuego muy suave para templarla sin que llegue en ningún momento a burbujear. Basta con un golpe suave de calor.