Empezamos a decir adiós al verano pero, lejos de ponernos tristes, abrimos bien los ojos a todo lo que la nueva temporada que comienza nos trae a la mesa. El otoño reaparece con sus colores naranjas que se traducen, por ejemplo, en fantásticas calabazas con las que inventar en la cocina y nutrirnos de la cabeza a los pies de cosas buenas para nuestro organismo.
Aquí os presentamos una tosta, con la base más colorida que el mercado nos puede ofrecer.
¡A las cocinas!
INGREDIENTES (2 personas)
PARA LA TOSTA:
- 2 lonchas grandes de calabaza de 1 dedo de grosor
- 1 solomillo de cerdo ibérico
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal marina
- Pimienta negra
- Tomillo
PARA LA SALSA DE MOSTAZA:
- 1 cebolla dulce
- 1 zanahoria
- 1 cucharada sopera de mostaza
- 3-4 cucharadas soperas de nata vegetal (en este caso hemos usado de arroz)
- Sal marina
- Aceite de oliva virgen extra
PREPARACIÓN
Para las tostas:
- Cortar 2 lonchas rectangulares de calabaza, aproximadamente de 1 dedo de grosor, que serán la base de nuestra receta.
- Hornearlas con un chorro de aceite de oliva durante unos 20-30 minutos a unos 180º, hasta que estén tiernas. El tiempo exacto dependerá del tipo de horno.
- Cortar el solomillo ibérico en tacos medianos, salpimentar y reservar.
Para la salsa:
- Picar la cebolla dulce fina y sofreír a fuego medio en aceite de oliva, para dorarla sin que se queme.
- Cortar la zanahoria en cubitos pequeños y añadir a la cebolla. Ajustar de sal y sofreír hasta que quede hecha.
- Una vez cocinadas ambas verduras, retirar bien escurridas de la sartén.
- En esa misma sartén con el aceite que quede, cocinamos el solomillo que habíamos reservado cortado anteriormente. Hacerlo al punto para que no se seque. Una vez hecho, retirar y reservar.
- Volver a echar en la sartén, con el jugo que ha quedado de la carne, la cebolla con la zanahoria y añadir la mostaza y la nata vegetal, removiendo a fuego lento para que todo se integre.
- Es una salsa que se espesa y se cocina rápido. Podemos aclararla con un chorrito pequeño de agua si nos parece muy espesa.
Montaje:
Nosotros os proponemos poner la calabaza horneada de base, ajustar de sal si es necesario y, sobre ella, colocar los tacos de solomillo ibérico. Añadir en este momento tomillo picado y, por último, ir echando la salsa con una cuchara por encima.
¡Listo para disfrutar de esta mezcla de sabores!
¿CÓMO TE CUIDA ESTA RECETA?
En esta receta hemos elegido la calabaza, metiéndonos de lleno en el cambio de estación que nos ocupa y comenzando así a adaptar nuestra cocina a los alimentos que cada temporada nos va ofreciendo. La variedad es uno de los recursos que nunca debe faltar en nuestra alimentación, ya que toda esa riqueza de ingredientes se va a transformar en riqueza de nutrientes en nuestro organismo.
Alguna de las características de la calabaza es su aporte en fibra. Esta fibra va a convertirse en alimento de nuestra flora bacteriana, fundamental por tanto para la cantidad y calidad de nuestras bacterias intestinales. Es, por tanto, un alimento prebiótico, muy interesante para la población en general.
Nos aporta además hidratos de carbono complejos que, como ya os hemos contado en otras recetas, son los más recomendables a consumir por la manera en que se liberan en nuestro cuerpo y su contribución a mantener una glucemia constante, sin picos en sangre. Por último, no podemos olvidarnos de su riqueza en micronutrientes, sobre todo betacarotenos, que actúa como precursor de la vitamina A.
¿CÓMO OPTIMIZAR AL MÁXIMO LOS BENEFICIOS?
En esta receta hemos utilizado 2 ingredientes que, si bien pueden ofrecernos un extra de sabores y texturas, es necesario hacer atención a la hora de elegirlos. Nos referimos a la nata vegetal y a la mostaza.
Lo fundamental en ambos casos es leer los ingredientes para evitar todas aquellas sustancias que no deseamos para nada en nuestra alimentación, como azúcar y otros químicos usados como espesantes, estabilizantes, etc. Simplemente asegúrate que comprendes todos los ingredientes que aparecen en la etiqueta y deshecha las opciones con sustancias sospechosas. Busca una mostaza de calidad, en este caso es fácil encontrarla. Y, en cuanto a la nata vegetal, hay opciones de arroz, coco, anacardos… y solamente hay que prestar un poco de atención al etiquetado.
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